miércoles, septiembre 21
Mente en audición
Mente en audición, actriz de espejos. El tiempo se hace agua en las manos de quien no responde ante calendarios, hace caso omiso a la existencia de la realidad inmediata y, que se desenvuelve en las tablas de su propio teatro, un escenario de obras constantes, que nunca dejarán de ganar ovación porque los personajes siempre actuarán como el público los quiere ver.
viernes, septiembre 16
oportunidades que matan
Quisiera saber por qué cuando sentada a orillas de la sal, con el cañon rozando tu sien, ella se acercó suavemente, tomó con cuidado el arma y te dio otra oportunidad. Por qué, sin sutileza alguna, apretó el gatillo y te disparó. Por qué luego de la tibia mano tendida, te dejo fría y botada, ahí tirada en la lejanía.
martes, septiembre 6
Mi esquina favorita
En la esquina de Marchant Pereira con Carlos Antúnez se alza una blanca y antigua casa. Asoma su segundo piso entre la vegetación del jardín; un jardín de los que quedan pocos, que se viste de perenne verde y luce distintos colores durante el año.
En esta época del año la esquina me abstrae, por segundos saca mi olfato del mundano olor santiaguino. Es el aroma de la madre selva -cuyas pequeñas hojas y flores abrazan las rejas que vigilan la casa- que me llevan al sur, a mi infancia, que me recuerdan mi padre.
Hace algunos meses que la casa figura en venta. Aún está habitada, personas mayores por lo que he visto, mas la nana. Los metros cuadrados, por un lado, me dejan tranquila: no logro imaginar un edificio de departamentos en esa esquina. Sin embargo, pinta para transformarse en oficina. Oficina. Seguro el jardín pasará a ser estacionamientos y ya no habrá más verde, ya no más madre selva. Perderé el aroma que me transporta a mi sureña infancia, que recuerda a mi padre... Perderé mi esquina favorita.
En esta época del año la esquina me abstrae, por segundos saca mi olfato del mundano olor santiaguino. Es el aroma de la madre selva -cuyas pequeñas hojas y flores abrazan las rejas que vigilan la casa- que me llevan al sur, a mi infancia, que me recuerdan mi padre.
Hace algunos meses que la casa figura en venta. Aún está habitada, personas mayores por lo que he visto, mas la nana. Los metros cuadrados, por un lado, me dejan tranquila: no logro imaginar un edificio de departamentos en esa esquina. Sin embargo, pinta para transformarse en oficina. Oficina. Seguro el jardín pasará a ser estacionamientos y ya no habrá más verde, ya no más madre selva. Perderé el aroma que me transporta a mi sureña infancia, que recuerda a mi padre... Perderé mi esquina favorita.
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